jueves, 19 de noviembre de 2015

NO HAY TIEMPO QUE PERDER

Desde el Colectivo Acción Anticapitalista vemos necesario impulsar una iniciativa unitaria que, más allá de las elecciones y su resultado, se base en impulsar las luchas en las calles y los centros de trabajo, por lo que nos sumamos al llamamiento que nos hicieron llegar para asistir al encuentro estatal NO HAY TIEMPO QUE PERDER (sintiempo28n.wordpress.com) que se celebrará el sábado 28 de noviembre en Málaga.


             
No hay tiempoque perder


Una situación insostenible
La situación de emergencia social que padece la gente trabajadora en el Estado español desde el inicio de la crisis en 2008 es ya conocida por todo el mundo. A día de hoy hablamos de más de 4 millones de personas en paro, una tasa de desempleo del 22,5% y para los menores de 25 años de cerca del 50%. Según datos oficiales, 1 de cada 3 menores vive bajo el umbral de la pobreza mientras que 1 de cada 10 sufre pobreza severa. Entre el 2008 y el 2015, más de 600.000 familias perdieron su vivienda habitual. Este es el balance crudo de la crisis de este sistema capitalista: paro, pobreza y desahucios para l@s de siempre. No hay tiempo que perder.
Mientras tanto, existe el otro lado de la moneda. La crisis no ha afectado a todo el mundo por igual. Existen “ciudadanos” que siguen enriqueciéndose a costa de la mayoría. El Estado español es el segundo país más desigual de Europa, tan sólo por detrás de Letonia. Así pues, se calcula que el 1% de la población concentra más riqueza que el 70% más pobre. Ese 1% tiene nombre y apellidos. Son las grandes empresas del IBEX 35 cuyos beneficios aumentaron un 64% en 2014 ganando hasta 33.200 millones. Pero también son los grandes terratenientes andaluces (2%) que acumulan a día de hoy más del 50% de las tierras cultivables a la vez que acaparan la mayor parte de las ayudas europeas (100 millones de euros de la PAC en Andalucía). La crisis del sistema capitalista no parece haber golpeado a todo el mundo por igual. Mientras que el paro y la pobreza aumentan para la gente trabajadora, las empresas españolas de productos y servicios de lujo tiene proyectado cerrar el 2015 con un 6% de aumento en sus ventas con respecto a 2014, es decir 5.427 millones de euros. Mientras que los desahucios aumentan, el Estado Español tiene el 30% de las viviendas vacías de Europa y ha llevado a cabo una reducción del gasto público en vivienda de más del 50% entre 2008 y 2015. Esa radiografía muestra a las claras que es urgente acabar con esta situación injusta que se basa en el enriquecimiento de una minoría a costa del empobrecimiento de la mayoría. Es posible hacerlo.
Existen riquezas, lo sabemos porque las producimos a diario. Sin embargo, están mal repartidas. Se trata por tanto de asumir que, para mejorar nuestras vidas, es necesario cuestionar la legitimidad de unos pocos para acumular la mayor parte de las ganancias. Para ello no existen atajos. No se puede estar en los dos bandos a la vez. En el bando de l@s que padecen la crisis y en el bando de los que se aprovechan de la misma para seguir enriqueciéndose.
PODEMOS y Unidad Popular: ¿alternativas para acabar con esa lógica?
Las candidaturas que se presentan a la izquierda del PSOE a las próximas elecciones generales del 20 de diciembre han optado por los atajos. Por no elegir con nitidez su bando y por no llevar a estas elecciones un programa de ruptura donde se ataque con claridad a los intereses de los que se han estado enriqueciendo y aprovechando de esta crisis. Para repartir las riquezas no existe otra forma de hacerlo. No se puede defender la sanidad, la educación o el empleo y sin embargo pretender pagar la deuda. Las dos cosas no son posibles.
Eso es justamente lo que pretende hacer la dirección de PODEMOS en estas próximas elecciones. Surfear entre dos aguas. Seguir en la senda de las anteriores candidaturas electorales de PODEMOS post-europeas. En las medidas aprobadas por un 4% de l@s inscrit@s (ya que a día de hoy aún no se conoce el programa definitivo de Podemos), ya no se habla de no pago de la deuda ni de reestructuración, ahora se habla de “flexibilizar los objetivos de deuda y déficit”. No deja claro si apuesta por la expropiación de las viviendas vacías de las entidades financieras (pues habla de “movilización” de las mismas), se omite cómo poner la tierra de los grandes terratenientes a beneficio de la gente trabajadora mediante una reforma agraria, no se habla de la expropiación de los sectores estratégicos ni de la banca privada para ponerlos al servicio de los que sufrimos la crisis. En lugar de preparar a l@s de abajo para ese escenario, la dirección de PODEMOS prefiere generar falsas ilusiones dejando creer que se pueden cambiar nuestras vidas solamente entrando en las instituciones. Por ello, se olvidan de la calle y de los círculos mientras que eligen a dedo a candidatos a diputados, que han justificado los bombardeos en Libia, como es el caso del ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Julio Rodríguez, o que apoyaron el artículo 135 de la reforma de la Constitución como es el caso de Pérez-Royo. Sin embargo, de ese modo, sólo acabaran gestionando la miseria como tantos otros antes ya lo hicieron.
En cuanto a la candidatura de Unidad Popular, pasa algo parecido. La diferencia con PODEMOS es que la dirección de Unidad Popular – que no es otra que la de IU – ya ha demostrado la política que lleva a cabo y cómo entiende la pluralidad en su seno. IU ha visto en Unidad Popular una oportunidad de no desaparecer electoralmente y no la ha dejado pasar. Pero a parte del nombre, nada nuevo bajo el sol. El mismo programa y las mismas contradicciones cuando llegue la hora de formar gobiernos con el PSOE y de ponerse a gestionar los recortes por “imperativo legal”, como en la anterior legislatura en Andalucía. Se trata entonces de la política del mal menor, del posibilismo. Ya no se pueden evitar los recortes, ni mucho menos evitar el pago de la deuda. El propio cabeza de lista de Unidad Popular, Alberto Garzón, no tuvo ningún reparo en justificar los recortes de su partido, IU, cuando gobernaban juntos con el PSOE en Andalucía.
Frente a la dirección de PODEMOS que apoya sin fisuras el gobierno de Tsipras y de Syriza cuando aplica el memorándum de la miseria en Grecia o que se alinea con el PP, C’s y el PSC en Catalunya, y frente a la dirección de Unidad Popular que no tiene reparos en justificar los recortes cuando sea necesario como ya ocurriera en Andalucía, hay que buscar alternativas para acabar con la lógica del sistema capitalista. PODEMOS y Unidad Popular desde luego no lo son. Ya sabemos lo que harán antes de hacerlo. Eso no quiere decir que no haya compañer@s que tanto en una candidatura como en otra defiendan una política diferente a la de dichas direcciones. A tod@s ell@s les decimos que no hay tiempo que perder. Que independientemente de su voto el próximo 20D, hay que organizar desde ya una alternativa en la calle, ya que gobierne quien gobierne a partir del 21 de diciembre, la movilización social, y las huelgas en los centros de trabajo y de estudio, serán nuestra única garantía para defender los intereses de nuestro bando social. Tal y como se ha visto en Grecia, hay que insistir en que sólo se pueden defender los servicios públicos, el empleo, las pensiones, una vivienda digna, si se rompe con la lógica del sistema capitalista y con sus instituciones. No hay tiempo que perder.
Hay que levantar una alternativa política a los partidos que no quieren romper con el sistema capitalista
Hacemos un llamamiento a tod@s aquéll@s que cada vez se sienten menos identificad@s con estas dos alternativas y a aquéll@s que nunca lo estuvieron a un Encuentro en Málaga, el próximo 28 de noviembre. Hay que visibilizar un espacio político amplio y de ruptura, que quiera estar presente en las instituciones pero que a la vez sepa que son sólo un instrumento más que debe estar al servicio de la movilización y que debe facilitar la autoorganización de la gente trabajadora y de la juventud.
Un llamamiento para encontrarnos tod@s aquell@s que pensamos que habría sido necesaria una candidatura electoral diferente el próximo 20D, pero no sólo. Un llamamiento para preparar ya el día después de las elecciones generales. Ya que gane quien gane, deberemos removilizarnos si queremos defender nuestras conquistas sociales y parar esta sangría. Cualquier iniciativa que pretenda desde ya reagrupar a tod@s es@s activistas sociales, sindicalistas, militantes polític@s de tradiciones diversas que se han encontrado en el mismo bando durante las movilizaciones de las Mareas, en las huelgas en los centros de trabajo, en los barrios, en la lucha feminista, en el 15M, en las luchas juveniles y estudiantiles… sería un paso adelante enorme. No hay que despreciar esas oportunidades y mañana habrá que organizar nuevos llamamientos para incorporar a tod@s aquéll@s que se identifiquen con éste independientemente de haber estado comprometido con la candidatura que sea en estas elecciones.
En definitiva, hacemos este llamamiento porque no hay tiempo que perder. Es necesaria una alternativa política que ponga sobre la mesa aquellos elementos que ni PODEMOS ni Unidad Popular están dispuestos a asumir. Una alternativa política que asuma un programa claramente de ruptura y de independencia con el régimen del 78, que no se límite a una segunda transición pactada. Un programa que anime al conjunto de la clase trabajadora y de la juventud a ponerse en movimiento y a movilizarse para su consecución. El bando de l@s que padecen la situación de emergencia social es el único que puede acabar con esa lógica de políticas de agresión social ya que es el único que tiene un verdadero interés en hacerlo. Un programa de urgencia social debe responder a esas necesidades.
Como punto de partida elementos como el no pago de la deuda, la expropiación de viviendas vacías de las entidades financieras, la nacionalización de los sectores estratégicos y de la banca bajo control social, despidos 0, la reforma agraria, el derecho de autodeterminación de los pueblos hasta sus últimas consecuencias, la ruptura con el régimen del 78 y sus instituciones, el aumento de los salarios al nivel del aumento del coste de la vida, el derecho a decidir de las mujeres, la lucha contra todo tipo de opresión ya sea por cuestiones de género, orientación sexual o procedencia, la independencia total con respecto al PSOE y con respecto a todas aquellas direcciones políticas que han aplicado políticas de recortes etc… deberían estar en el centro del debate. Se trata en definitiva de asumir que, para que paguen la crisis capitalista los que la han provocado, hay que poner fin al derecho de la patronal, de las entidades financieras y de los gobiernos de turno a disponer a su antojo de la vida de las clases populares buscando siempre su máximo beneficio particular. Frente a su supuesto derecho a acumular cada vez más riquezas en cada vez menos manos, hay que imponer el derecho que tiene la gente trabajadora y la juventud a vivir una vida digna con salarios dignos, con trabajos dignos, con viviendas dignas y con servicios públicos de calidad. Todo eso significa al final romper con la lógica de esta UE, que solo beneficia a la Europa de las grandes fortunas. Con esa UE no se puede negociar ni llegar a acuerdos. Así lo ha demostrado el caso griego. O impones un programa de ruptura o acabas asumiendo un memorándum austericida, como ya lo hiciera la derecha o el social-liberalismo.
Gane quién gane el 20D, habrá que reorganizar la movilización en todos los ámbitos para defender lo que es nuestro. El llamamiento al encuentro en Málaga el próximo 28 de noviembre es una buena oportunidad para empezar esa tarea aunque no será la única. No hay tiempo que perder.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Tiempos de crisis internacional, tiempos de alternativas desde abajo.

La crisis económica continúa

Contando desde 2008, estamos en el octavo año de crisis económica. El capitalismo global, no sólo no ha cumplido su esperanza de salir de la crisis y abrir un ciclo de recuperación, sino que ve negras tormentas acumulándose en todos sus frentes. La crisis económica se ha transformado en una crisis política en Europa. Además, las economías de los países emergentes que supuestamente podrían ser el motor de la recuperación se están agotando. Y la competencia entre nuevos y antiguos poderes a nivel geopolítico sigue convirtiendo más partes del planeta en zonas inestables y de guerra.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, expresó los miedos de las clases dirigentes en una entrevista reciente en el periódico Financial Times:

Tengo más miedo del contagio ideológico, no financiero… En especial esa ilusión de la izquierda radical de que podemos tener algo alternativo a la visión europea tradicional de la economía, de Europa… Mi miedo al contagio ideológico es mayor que el financiero.

Toda la situación en Europa. Rusia, la inmigración, el Mediterráneo, el terrorismo. Todo muestra que la situación es inestable. Vemos que la construcción europea es frágil. Rusia es importante, pero no el elemento más importante de esta amenaza. Lo más importante es lo que tenemos dentro. La atmósfera, hoy, es similar a la de 1968 en Europa. Puedo notar, quizás no un deseo revolucionario, sino impaciencia. Cuando la impaciencia se vuelve no algo individual, sino una experiencia o sentimiento social, es la introducción de la revolución. Otras circunstancias hacen que sea también similar a 1968.[1]

La base de todo esto es la incapacidad del sistema para, a pesar de todo lo intentado, de salir de la crisis económica.

El frenazo de China es un nuevo e importante capítulo que se ha añadido en los últimos seis meses. En medio del verano, la bolsa china perdió un tercio de su valor en un solo mes. La caída fue del 8,5% el 24 de agosto, la peor desde 2007. Al principio, muchos comentaristas se precipitaron a decir que la bolsa china no es un índice muy importante, pero rápidamente descubrieron que lo que está pasando refleja una crisis de todos los países emergentes. Como explica Alex Callinicos:

El crecimiento de China desde la Recesión de 2008-09 ha sido conducido por inversiones financiadas a través de una deuda creciente que ha aumentado del 130% al 280% del ingreso nacional. La bolsa no ha sido el único lugar donde se produjo una burbuja -en el sector inmobiliario también-.
Los líderes chinos están intentando desconectar la economía de las inversiones y los préstamos, sin precipitar una recesión. El resultado ha sido un crecimiento económico más lento. Esto ha afectado especialmente a otros “mercados emergentes” en el Sur que habían crecido exportando alimentos y materias primas a China[2].
A principios de noviembre, el gobierno chino rebajó su estimación de crecimiento para los próximos años al 6,5%. La repercusión de este frenazo (recordemos que a principios de 2008 el PIB chino había llegado hasta el 14% de crecimiento) es enorme. Después de crecer ininterrumpidamente desde 1999, las exportaciones chinas han sufrido un importante descenso en 2015, indicando una caída del consumo internacional fruto de una crisis capitalista de sobreproducción.
Solo un vistazo a tres países que hasta hace poco eran ejemplos de estabilidad -cada uno en su región- nos puede dar una idea: Brasil, Sudáfrica y Turquía. Estos tres países, después de la crisis de 2008-09, pasaron por la falsa ilusión no sólo de que la crisis no los tocaría, sino que podrían salir reforzados. En Brasil, por ejemplo, el crecimiento del PIB en 2010 sobrepasó los niveles de toda la década anterior. Pero en 2014, el crecimiento se había convertido en estancamiento y en 2015 la economía brasileña entró en una recesión que se estima en un -3%.[3] Los precios en los supermercados suben cada semana. Es el primer año desde 2003 (cuando Lula ganó las elecciones) que el consumo cae en vez de subir. Los sueldos en 2015 han bajado y el desempleo, que había alcanzado un nivel histórico del 4%, en el último año y medio se ha duplicado. Las grandes manifestaciones de la derecha, la crisis institucional en el parlamento y las amenazas de imputación de Dilma Rousseff son productos del fin de la época de las falsas ilusiones.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) está advirtiendo del peligro que significa la acumulación de deuda en los países emergentes:

La deuda de las empresas no financieras en los principales mercados emergentes se disparó, de aproximadamente 4 billones de dólares en 2004 a bastante más de 18 billones en 2014.[4]

En pocas palabras, los países emergentes, en vez de jugar el papel de la locomotora de la economía global, han acumulado en estos últimos años de la crisis una deuda que puede funcionar como una piedra muy pesada que lleve al capitalismo global al fondo del mar. Sólo en los últimos 13 meses, ha salido un billón de dólares de los mercados emergentes, más o menos el doble del dinero que salió durante los años del pánico, 2008-09.[5]

Estos procesos de crisis en los países emergentes no ocurren en mercados “lejanos”, sino que se transforman en inseguridad en los mismos Estados Unidos (EEUU). Larry Summers, ex ministro de Finanzas de EEUU durante la presidencia de Bill Clinton, en su ponencia en Perú el 8 de octubre en la cumbre del FMI y del Banco Internacional, dijo que “Las amenazas a la economía global son hoy más intensas que en ningún otro momento después de la quiebra de Lehman Brothers en 2008”.[6]

Esta sensación de agravamiento de la crisis se tradujo en un nuevo aplazamiento de la decisión de la Reserva Federal Norteamericana (Fed, el Banco Central de EEUU) de subir los intereses. La Fed tomó esta decisión en octubre de 2014 y continúa aplazándola, ahora hasta el próximo diciembre. Las últimas informaciones dicen que dentro de la dirección de la Fed hay una división profunda, donde algunos opinan que si suben el precio del dinero abrirán la puerta a una nueva recesión mundial.[7]

Y esto en los EEUU que supuestamente habían salido de la crisis. En otros países del G7 las cosas son aún peores. Canadá está en “recesión técnica”[8]. Japón está caminando al borde de la recesión[9]. Y la Zona Euro sigue siendo el “enfermo” del mundo. Las últimas cifras dicen que Alemania tiene un crecimiento muy débil (del 1,6% anual), Francia aún peor (en el tercer trimestre del 2015, sólo 0,2%, rebajando la proyección anual a menos de 1,0%, más o menos lo mismo que en Italia (0,9%)).

Crisis económica y crisis política

Es importante tener clara esta situación de estancamiento y crisis económica para entender cuán fuera de lugar está Rajoy cuando advierte que “el único problema de la economía española en este momento son las incertidumbres políticas[10]. Es verdad que la economía española ha tenido el mayor crecimiento de todos los países del euro en el último año. Pero esto ha sido como el “rebote del gato muerto”, ya que también la crisis ha sido más profunda que en la mayoría de los demás países. Y en el último trimestre, incluso esta débil recuperación da señales de frenazo (0,8% frente a 1,0% el trimestre anterior) y la Comisión Europea apunta que se trata de una recuperación muy débil basada en un petróleo barato. En cualquier caso, la supuesta “recuperación” es tan débil que, según la proyección de la Comisión Europea, significaría que el paro caería del 22,3% al 19% en 2017[11].

Las instituciones de la Unión Europea exprimirán con austeridad al próximo presidente del Estado español. Esto es obvio desde octubre cuando Bruselas dijo claramente que los presupuestos de Rajoy son demasiado optimistas. Jean Claude Juncker, intentando a ayudar a su amigo Rajoy, le aconsejó que adelantara los presupuestos para evitar su “politización[12]. En otras palabras: la austeridad de Rajoy no es suficiente para la Unión Europea y el próximo gobierno va a sufrir una gran presión para recortar aún más. Esta presión y estas exigencias no van a ser menos duras si en vez de Rajoy va a la Moncloa Pedro Sánchez, Albert Rivera o Pablo Iglesias.

Si hay una cosa que tiene clara la dirección de la Unión Europea es que quiere seguir en el camino de la austeridad. No han encontrado la manera de superar los problemas de la rentabilidad de sus empresas, y mientras tanto lo único que saben hacer es exprimir más a la clase trabajadora. La inestabilidad política, al contrario de lo que dice Rajoy, es una de las razones por las que no avanzan en el camino del austericidio todo lo que les gustaría. El Financial Times se quejaba de que a pesar de los acuerdos entre los líderes:

En marzo, París… ganó un aplazamiento de dos años más para llevar su déficit bajo el techo del 3% del PIB. Italia quiere llegar aún más allá y relajar sus presupuestos. En vez de rebajar su déficit estructural… quiere subirlo… Los presupuestos de España prevén un déficit estructural más alto, no más bajo según definen las reglas europeas[13].
Los acontecimientos en Portugal son la prueba más reciente de que los líderes europeos tienen miedo a cualquier opción política que pueda desviarles del camino de la austeridad como calle de sentido único. Cavaco Silva, el presidente portugués, no ha dejado a la mayoría parlamentaria formar gobierno, aunque se formara bajo el control del Partido Socialista, el mismo partido que recurrió a la Troika hace unos años. Temía que este gobierno, con el apoyo del Partido Comunista y del Bloco de Esquerda, dijese algo contra la austeridad, por lo que Cavaco Silva mandó formar gobierno a la minoría de derechas. Por otro lado, la Troika ha dedicado un esfuerzo inmenso para controlar al gobierno de Syriza en Grecia, consiguiendo derribar un resultado del 61% contra la austeridad en el referéndum, pero aún así no está claro hasta cuándo tendrá la situación bajo su control. Y el miedo al “contagio ideológico”, como dice Tusk, es muy grande.

A pesar de estos miedos, la Troika no está siendo capaz de frenar el giro a la izquierda de millones de personas en toda Europa y la subida de lo que podemos llamar “nuevo reformismo”. Todo lo contrario. Si Grecia ha sido el caso paradigmático, el Reino Unido ha sido un caso inesperado: la elección de Jeremy Corbyn como presidente del Partido Laborista ha tenido características de un movimiento social. Después de la derrota de los Laboristas en las últimas elecciones, bajo el liderazgo de Ed Miliband, todos esperaban que el partido giraría hacia la derecha. La candidatura de Corbyn, una candidatura contra la austeridad, la guerra y el racismo, consiguió atraer a decenas de miles de personas que se afiliaron al partido sólo con la esperanza de elegir a alguien que no dice lo que dicen todos los demás. En Portugal, el Bloco de Esquerdas ha duplicado sus votos en las últimas elecciones, alcanzando el 10,2%. Junto con el Partido Comunista, y otras candidaturas con peores resultados, las candidaturas a la izquierda del Partido Socialista han sumado un 21%. Y este proceso de giro a la izquierda en tiempos de crisis económica está llegando más allá de la Unión Europea: desde Sudáfrica, con la aparición de los Militantes por la Libertad Económica[14], hasta EEUU, con el impulso que está teniendo la candidatura socialdemócrata de Bernie Sanders en las primarias del Partido Demócrata[15]. Estas tendencias debemos tenerlas en cuenta cuando miramos lo que está pasando en el Estado español. Por ejemplo, la subida (¿y la caída?) de Podemos en las calles y en las encuestas. No ha sido el genio de Pablo Iglesias y de Iñigo Errejón lo que ha producido el cambio político. El mismo proceso se está desarrollando a un nivel u otro en muchos más países. Las oportunidades para oponerse a la austeridad y todas las políticas de este sistema depredador existen y cada día se amplían. La pregunta es si la izquierda puede aprovechar estas oportunidades y liderar este proceso de cambio impulsando su radicalización, o va a ser dirigido desde el centro del tablero mirando pasar a los peones del enemigo (llámense Albert Rivera), que no dudarán en llegar hasta el fondo del tablero para convertirse en damas y apoderarse del cambio al tiempo que lo frenan y tergiversan.

La Unión Europea y la Zona Euro están sufriendo una crisis existencial. Se han librado por ahora de una salida de Grecia -GRexit- pero tienen en el horizonte un referéndum en el Reino Unido sobre el BRexit.

Crisis e imperialismo

Por otro lado, los problemas de la crisis económica y política se acentúan porque se están desarrollando dentro de un entorno de imperialismo inestable. El ejemplo más obvio es el infierno que están viviendo millones de refugiados en las fronteras y dentro de la “Europa fortaleza”. Una guerra que empezó en 2003 y que sus arquitectos (Bush, Aznar, Blair y Barroso) pensaban que iba a estabilizar Oriente Medio creando el “siglo americano”, se ha convertido en un caos que se extiende desde Afganistán y Yemen hasta Irak, atravesando Siria. Obama, habiendo aceptado la derrota de la estrategia Bush, sacó los soldados de Irak y abrió un proceso para que las fuerzas regionales tomasen la responsabilidad de estabilizar el Medio Oriente. Consciente de esta debilidad, Obama llegó al acuerdo nuclear con Irán, sabiendo que sin la cooperación de Teherán no tenía ninguna esperanza de controlar ni Irak, ni Siria. Al mismo tiempo, dejó a Arabia Saudí jugar su propio juego, interviniendo en Yemen y fomentando los grupos yihadistas en Siria. El resultado es que más de 12 millones de personas han tenido que dejar su casa y convertirse en refugiados (internos o externos) desde 2011.

Ahora, la crisis de Siria no es algo que se desarrolla en el lejano Damasco, sino también, a diferentes niveles, más cerca: en Ankara, en Atenas, en Budapest, en Viena, en Berlín, en París... Uno tras otro, los países de la Unión Europea cierran sus fronteras, construyen vallas, mandan al ejército contra las personas migrantes, contra las familias que llegan para salvarse de la guerra y la miseria. Si alguien aún no había entendido la hipocresía del discurso de la Unión Europea protectora de los derechos humanos y de la democracia, este es el momento. Los bebés, los niños y las niñas muertas en las orillas de las islas griegas ponen la firma más amarga y sangrienta en el fracaso del capitalismo como sistema. Aún así este cierre de fronteras no puede evitar los atentados terroristas yihadistas, como el de noviembre de 2015 París, productos de la desestabilización y la barbarie imperialista en Oriente Medio.

El fracaso llega a ser más concreto si nos fijamos en las prioridades que tenía el gobierno Obama -y la clase dirigente estadounidense. La retirada parcial de Oriente Medio y de Afganistán forma parte de un esfuerzo para concentrar fuerzas en el Pacífico, donde la expansión de China está cambiando el equilibrio que se estableció al final de la Segunda Guerra Mundial. Lejos de conseguir esto, ahora todos los frentes siguen abiertos. A finales de septiembre de este año, los Talibanes conquistaron Kunduz, la segunda ciudad en importancia en Afganistán[16]. Catorce años de guerra y de ocupación en un país con poca importancia para los intereses de los EEUU, y el ejército más poderoso del mundo no puede imponer su voluntad.

La anécdota de la presencia del destructor lanzamisiles estadounidense Lassen cerca de las islas Spratly en China a finales de octubre refleja muy bien la tensión en el Pacífico. Según El Mundo:

Lejos de calmarse, las aguas siguen revueltas entre China y Estados Unidos tras el incidente del pasado martes en el Mar de China Meridional, y hoy se ha sabido que Pekín ha advertido a Washington de que si continúa enviando buques a la zona, podría generarse "un incidente menor que provoque una guerra”.[17]

China está construyendo islas artificiales para controlar rutas marítimas, y EEUU está apoyando y fomentando a las demás fuerzas en la región, con la presencia de sus portaaviones como primer argumento y ahora con el nuevo tratado de libre comercio en el Pacífico.

Al mismo tiempo, la herida que se abrió en pleno territorio europeo a principios de 2014, en Ucrania, no se ha cerrado. En este caso no ha sido EEUU directamente el que ha provocado la guerra, sino las manipulaciones de la Unión Europea y de Rusia, pero es una prueba más de que en esta época de crisis las tensiones imperialistas son muy difíciles de controlar.

Crisis económica y ambiental

¿Alguien sigue pensando que por una razón mágica, los mismos actores que crean el caos en Oriente Medio, división y guerra en Europa y amenazas de guerra en el Pacífico, pueden reconciliarse y solucionar -por ejemplo- el proceso catastrófico del Cambio Climático?

Las primeras dos semanas de diciembre en la cumbre de la ONU en París sobre el Cambio Climático se van a enfrentar los mismos intereses y las mismas prioridades que son las causas de las crisis económica y geopolítica. La crisis económica ha exacerbado la competencia entre empresas, bancos y países, y nadie de los que gobiernan y mandan desde arriba va a dar un paso significativo a favor del medio ambiente. Lo único que pueden ofrecer es más corrupción y más fraude, como lo demuestra Volkswagen con sus coches “ecológicos”; por cierto, merece la pena recordar que Volkswagen no es una empresa española, ni griega, ni de ninguno de los países “corruptos” de la periferia europea.

La alternativa viene desde abajo

Dentro de un período como éste, las iniciativas de la izquierda revolucionaria son cruciales, tanto a nivel de luchas, como a nivel político y a nivel ideológico. El anticapitalismo es indispensable para analizar y transformar a fondo esta realidad. Si no, existe el peligro de hablar por la mañana de solidaridad con los y las refugiadas y por la tarde a favor de la permanencia del Estado español en la OTAN, uno de los primeros actores que generan personas refugiadas. Las luchas y la conciencia de la clase trabajadora no se desarrollan en casillas aisladas. El deber de la izquierda no es intercambiar una serie de falsas ilusiones por una serie de nuevas falsas ilusiones. Lo que estamos viviendo los últimos 8 años no es producto de la corrupción, ni de la mala gestión de Rajoy, ni sólo de un grupo de banqueros. Es producto del fracaso de un sistema global inmerso en una crisis profunda, y contra este sistema despiadado tenemos que unificar las luchas al tiempo que construimos alternativas desde abajo.




[2]          “The 'China dream' is rapidly falling apart”, 8 Septiembre 2015. https://socialistworker.co.uk/art/41250/The+China+dream+is+rapidly+falling+apart
[3]          http://www.brasil247.com/pt/247/economia/203487/2015-Mercado-reduz-proje%C3%A7%C3%A3o-do-PIB-para--305.htm
[4]                    http://www.imf.org/external/pubs/ft/gfsr/2015/02/index.htm
[5]          “Surge in emerging market capital outflows hits growth and currencies”, Financial Times, 18 Agosto 2015, (http://www.ft.com/intl/cms/s/3/00b81130-45c5-11e5-af2f-4d6e0e5eda22.html#axzz3qfgHBgn5)
[6]          “Global economy: The case for expansion”, Financial times, 7 de Octubre de 2015.
[7]          “Los mensajes de una Fed dividida confunden a los inversores”, http://www.expansion.com/mercados/2015/10/27/562fa4d5268e3ea83c8b463c.html
[8]          Michael Roberts, “Canada, losing energy” https://thenextrecession.wordpress.com/2015/10/20/canada-losing-energy/
[10]        “Para Rajoy "el único problema" de la economía española es la incertidumbre política”, http://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza_provincia/zaragoza/2015/11/05/para_rajoy_unico_problema_economia_espanola_incertidumbre_politica_609806_301.html
[12]        “Juncker desaconsejó a Rajoy que adelantara los Presupuestos”, El País 30 de Octubre de 2015, http://politica.elpais.com/politica/2015/10/30/actualidad/1446240140_131060.html
[13]        “The eurozone's fiscally lax nations are at it again”, Financial Times 3 de Noviembre de 2015, http://www.ft.com/intl/cms/s/0/d3d82ace-8192-11e5-a01c-8650859a4767.html
[14]        “Sudáfrica: Huelga indefinida y rebelión electoral”, En Lucha 18 marzo 2014,  http://enlucha.org/articulos/sudafrica-huelga-indefinida-y-rebelion-electoral/
[15]        Lewis Nielsen, “The American Corbyn?”, Socialist Review, Noviembre de 2015, http://socialistreview.org.uk/407/american-corbyn
[16]        “Kunduz, la última y la primera batalla de los talibanes”, El País 29 septiembre 2015, http://internacional.elpais.com/internacional/2015/09/29/actualidad/1443524566_210817.html
[17]        “China exige a Estados Unidos que se abstenga de 'actos provocativos' en las aguas en conflicto” El Mundo, 30 octubre 2015, http://www.elmundo.es/internacional/2015/10/30/56334973e2704e5b7e8b4658.html

viernes, 6 de noviembre de 2015

Seguimos revolucionando

Seguimos revolucionando

Un grupo de militantes de En Lucha en Sevilla nos hemos desafiliado desde finales del pasado mes de mayo, lo que supone una mayoría del cuerpo activo de la agrupación de Sevilla que hasta entonces y, especialmente en los últimos tiempos, había sido una de las agrupaciones más potentes de En Lucha. La mayoría de estas personas, anticapitalistas convencidas, compartimos plenamente los motivos de nuestra desafiliación y queremos continuar con nuestra actividad política por lo que nos hemos agrupado provisionalmente en el Colectivo Acción Anticapitalista. A nosotras se han unido algunas simpatizantes que acudían asiduamente a actividades de En Lucha.

Queremos dejar claro que nos sentimos plenamente identificadas con la corriente de
Socialismo Internacional y con el proceder de la mayoría de los partidos que la integran.

Inmersas en el terremoto político de los últimos dos años con la irrupción del Movimiento 15M y, posteriormente, de Podemos, apostamos y seguimos haciéndolo por impulsar y reforzar las movilizaciones en las calles y los centros de trabajo, priorizando éstas frente a proyectos meramente electoralistas. La solución para conquistar los derechos, la dignidad y una mejor calidad de vida para la mayoría de la población no están en votar cada cuatro años. El mundo no se cambia desde las instituciones, lo revoluciona la gente trabajadora mediante su acción y autoorganización colectiva. Este horizonte anticapitalista sigue marcando nuestra orientación política y somos conscientes de que unas pocas personas bien organizadas y con las ideas claras pueden marcar la diferencia, no digamos ya si son numerosas.

El participar en el juego electoral, y la posible representación que éstas pudieran aportar, es para nosotras un instrumento para el impulso de las ideas y luchas anticapitalistas.  Tenemos muy claro que presentarnos a unas elecciones no es sino un medio para dar voz a las calles y a las luchas en los tajos, una manera de extender el anticapitalismo.

En el contexto político actual del Estado español, estamos por unir fuerzas para configurar un bloque anticapitalista que siga la senda de Antarsya en Grecia o las Candidatura de Unidad Popular (CUP) en Catalunya, para lo que construir desde abajo nos parece especialmente importante.


Allá donde sigamos luchando y militando, nuestra actividad política a todos los niveles se orientará en pro del avance de las luchas sociales y la autoorganización de la gente trabajadora con el objetivo de superar el capitalismo, un sistema por naturaleza injusto con el ser humano y su entorno. Toda nuestra intervención estará marcada por una línea política claramente anticapitalista, sin miedo ni presiones para decir lo que resulta cómodo o lo que la mayoría está acostumbrada a escuchar, en nuestro pleno convencimiento de que es el único camino para alcanzar una situación digna para la mayoría de la sociedad. Queremos seguir organizando a gente que desea luchar por revolucionar nuestra sociedad y hacerlo con un funcionamiento rigurosamente democrático y desde abajo.