viernes, 19 de agosto de 2016

Olvidad@s en su silencio


En el Estado español, según el Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (CNLSE), se registran un millón de Personas Sordas, que en cifras reales podrían duplicar dicho número.
El término “sordomudo”, empleado aún por gran parte de la población y medios, es ofensivo para el colectivo, pues les otorga la incapacidad para hablar mientras que la deficiencia auditiva solo afecta a su capacidad para percibir los sonidos. Una Persona Sorda a la que se le ofrecen los recursos adecuados de manera temprana es capaz de desarrollar un lenguaje oral igual al de sus conciudadanos oyentes. Estos recursos tienen que ver tanto con el objetivo integrador en la sociedad oyente como con la adquisición por parte de la Persona Sorda de un mejor desarrollo cognitivo y de una identidad propia, la identidad sorda.
Numerosos estudios han probado que una enseñanza basada en el bilingüismo (Lengua Oral y Lengua de Signos) tiene un efecto notable en el desarrollo cognitivo tanto en niños oyentes como sordos.
Para conectar a la Comunidad Sorda con el resto de la sociedad están los Intérpretes de Lengua de Signos (ILS).
En el Estado español no se garantiza apenas la posibilidad de que las Personas Sordas cuenten con ilse en su vida diaria; obligadas a desembolsar ellas mismas los honorarios, no siempre pueden contar con uno. ¿Comienza aquí la desigualdad? Por desgracia, les llega a una edad más temprana.
En la Educación Pública española se registra la obligada asistencia de un ilse al aula de todo aquel alumno o alumna sorda en la ESO, Bachillerato y ciclos formativos. En la Universidad, por ley es la propia Universidad la que está obligada a conceder ilses a sus alumnos sordos. No así en Primaria, donde son las familias las encargadas de abonar el salario del ilse. Esta etapa es en la que se crea la desigualdad con sus compañeros y compañeras oyentes, fraguando un “fracaso” temprano en los alumnos sordos con menos recursos. Y digo así, “fracaso”, entrecomillado, pues el que fracasa es el Sistema Educativo en nuestro país al no acoger en su seno a la totalidad de alumnos por tener necesidades educativas especiales.
En el Estado español, los ilses tienen una situación de precariedad laboral fomentada por el ostracismo de la Administración Pública. Situación que vulnera tanto los derechos reconocidos a la Comunidad Sorda en materia de igualdad como a los ilses por su derecho a trabajo digno.
Para hacernos una idea, países europeos no tan lejanos al nuestro, Francia entre ellos, cuentan con una ratio de 1ils/10 P.S., mientras que en España es de 1ils/143 P.S. Esto se resume en un 75% de los ilses en paro, mientras que del 25% que trabaja el 14% está indefinido, el 81% temporal y el 3% autoempleado.
Y nuestra querida Administración Pública, cómo no, luchando por nuestros intereses ¿qué es lo que hace? Fomentar la precariedad mediante concursos públicos que licitan la subasta a la baja que sufre la profesión. Por si fuese poco, en todos los sectores donde un ilse puede trabajar dentro de la administración pública, es considerado un trabajador de segunda categoría.
En educación tenemos a las compañeras de institutos, contratadas por curso, yendo al paro en verano y rezando por ser vueltas a contratar con el inicio del nuevo curso, nada que ver con las oposiciones a las que tiene derecho el resto de personal de sus mismos centros.
En la universidad vemos contrataciones de ilses como becarios por 300€ al mes, cuando la complejidad de su trabajo no dista más de sus compañeros (profesores) que la distancia física que los separa.
La gran solución pasa por dar visibilidad al problema. Tal y como hoy en día no concebimos barreras arquitectónicas que limiten la participación de ningún ciudadano, tampoco se debe concebir una sociedad con barreras de comunicación. Teniendo los medios, derribémoslas.

Brasil, lo importante es lo que se está jugando en las calles



No han acertado las multinacionales del deporte al elegir la ciudad donde organizan su fiesta, que se llama Juegos Olímpicos, en 2016. La tranquilidad social y el falso embellecimiento que quieren imponer en las ciudades organizadoras cada cuatro años son imposibles de conseguir en Rio de Janeiro pues Brasil está pasando una profunda crisis económica y política.

La antorcha olímpica ha tenido su propia batalla, incluso antes de que los Juegos empezaran, para llegar hasta Río pasando entre manifestaciones en varios lugares de Brasil, entre cubos de agua y extintores. Para las personas que vieron los edificios olímpicos levantándose mientras ellas estaban esperando en la lista para una vivienda social, la antorcha se convirtió en una oportunidad para expresar su rabia. Silbidos y gritos de “Fuera Temer”, contra el presidente del país, se escucharon incluso durante la ceremonia de apertura. El viernes 5 de agosto tuvo lugar la manifestación de la inauguración, en Copa Campana, organizada por los sindicatos y la izquierda. El martes 16 de agosto se declaró “día de luchas” por los sindicatos y se convocaron movilizaciones en todo el país.

Hace ocho años, cuando Brasil fue designado organizador para el 2016, las cosas parecían bastante diferentes. Lula, que todavía era presidente, tenía control político suficiente para organizar el traspaso del poder a Dilma Rousseff, sin ninguna controversia. Brasil figuraba como un ejemplo de los países que no sólo no sufrieron gravemente de la crisis económica mundial, sino también podrían salir reforzados. Era uno de los BRICS, los ladrillos sobre los que podía basarse la recuperación mundial. La subida de los precios del petróleo y de los demás productos que exporta Brasil creaban esta ilusión. En combinación con la Copa Mundial de Fútbol en 2014, los Juegos Olímpicos eran el regalo extra que se merecía el capitalismo brasileño.

En 2009 el 92% de los y las brasileñas se pronunciaban alegres por organizar los Juegos. Hoy el porcentaje ha caído por debajo del 50%. De los 6,5 millones de habitantes de Río solo un 40% dice que le interesan los Juegos.

Evidentemente todo este frenazo económico no lo han pagado los ricos. Para construir las instalaciones de los juegos desmantelaron barrios enteros de favelas (chabolas) y echaron a la gente pobre a la calle. Desde 2015 empezaron los desahucios y las indemnizaciones o no eran suficientes para que uno pudiera comprar una nueva casa o no se dieron nunca. Se calcula que 77000 personas se quedaron sin techo. Miles de chabolas de gente que trabaja en pequeños pesqueros o en la construcción fueron destrozadas. Río es una ciudad que se basa en este tipo de mano de obra. En un día normal dos millones de personas de las afueras pobres entran en la ciudad para trabajar.

La violencia contra los pobres es el trabajo principal de la policía brasileña, no sólo cuando desmantela chabolas. En 2008 Lula empezó un nuevo plan de fuerzas especiales para controlar la violencia y los cárteles de la droga en los barrios pobres. Hasta 2012, se suponía que había funcionado. La delincuencia se estaba reduciendo. Pero los comandos hiper-armados se habían convertido en un ejército de ocupación en el corazón de la pobreza brasileña. Y desde 2012 empezó a pasar lo que suele pasar con los ejércitos de ocupación. Para controlar su “terreno” empezaron a disparar con sangre fría en cada incidente que parece “sospechoso”.

Los asesinatos empezaron a despegar de nuevo. Estas fuerzas represivas se utilizaron para vaciar Río de mendigos y pobres. El criterio básico de la persecución fue el color de la piel. Mientras más oscura tengas la piel menos derechos tienes para caminar por el centro de la ciudad. En las operaciones para “transformar la ciudad” no dudaron en disparar a niños mientras estaban jugando. El presidente Temer mismo era responsable de “orden público” en San Pablo y tiene experiencia personal en la “caza de pobres”. Lo que no pudieron eliminar en los días de los Juegos han intentado esconderlo. Los carteles gigantes de publicidad desde el aeropuerto hasta las instalaciones están orientados adecuadamente para que las chabolas de los pobres no molesten la estética de los visitantes.

Por otro lado, los terrenos olímpicos son un regalo a los ricos. La villa olímpica misma se va a entregar como urbanización vallada para ricos blancos. Brasil es el país donde se concentra una desigualdad de un tipo específico que no se encuentra ni en los países desarrollados ni en los subdesarrollados. Tiene una parte de la población que vive en condiciones de pobreza como en el tercer mundo mientras hay ricos que se sitúan al lado de sus colegas norteamericanos en las listas de los millonarios del mundo. A algunos de ellos no les importan ni las carreteras atascadas, ni por supuesto la situación de los medios de transporte público. Utilizan helicópteros, que ofrecen sus servicios a 1350 euros por hora, para hacer sus negocios sobrevolando por encima de la miseria de los y las brasileñas normales.

El foco de los medios de comunicación estuvo durante unos días en la situación del agua donde se realizan los deportes marinos. ¿La piel de los deportistas de élite en agua donde flotan basura, residuos y cadáveres? Pero esta es la realidad para la población brasileña todos los días, no solo durante los Juegos. El virus Zika, que ha sembrado el pánico, es producto de la desigualdad enorme y de las infraestructuras insuficientes tanto a nivel de vivienda como de sanidad.

Además los Juegos de 2016 se organizan en medio de una aberración política pues el presidente Temer no ha sido elegido. Tomó el poder hace unos meses después de un golpe “institucional” contra la presidenta Dilma Rousseff. El “Partido de los Trabajadores” de Rousseff desde 2003 intentaba conciliar los intereses del capitalismo brasileño con la base obrera del partido y, mientras la economía iba bien, parecía como si lo estuviera consiguiendo. Cuando la situación se puso patas arriba los supuestos aliados de derecha de Rousseff se levantaron en su contra y la mandaron al juzgado por corrupción. Lo más indignante es que los “rebeldes” son los primeros en la lista de los corruptos, pero tanto casi todos los medios de comunicación del país como la “justicia independiente” están a su lado.

El gobierno de Temer es un grupo de rabiosos neoliberales, nostálgicos de la dictadura, predicadores fanáticos, homófobos, sexistas y racistas que aprovechan la ocasión para hacer todos los favores a los capitalistas brasileños. Quieren destrozar lo antes posible la educación y sanidad públicas y abrir la economía entera al “mercado libre”. Por ahora han conseguido concentrar todo el odio de los y las pobres, de los trabajadores y trabajadoras de Brasil, de toda la gente que parece que no tiene tiempo para atender a lo que está pasando en el interior de los estadios.

Brexit: pánico para los imperios



El voto por la salida de la Unión Europea no sólo ha hundido a la derecha británica y ha puesto a la clase dirigente del país en crisis. Ha sido un golpe contra el imperialismo yanqui y la UE, que impone austeridad en todo el continente.

La UE está sumida en una profunda crisis y sus jefes están desesperados por mantener su proyecto intacto. Tienen miedo de que el Brexit pueda destrozarlo todo. Después de Gran Bretaña ¿quién? ¿Italia, Holanda, Francia?

Después de cinco años de brutal austeridad, la Unión Europea no ha conseguido resolver la crisis de la zona euro. Y ahora, la quinta economía más grande del mundo, la segunda más grande de Europa, dice que quiere romper con la UE.

El Brexit tiene un gran impacto en la economía global, que ya está en estagnación, y puede profundizar la crisis en la zona euro. La UE quiere mantener la conexión con el capitalismo británico. Pero, como están desesperados por contener “la nueva enfermedad británica”, sus líderes están adoptando una línea dura.

Jean Claude-Juncker, el presidente de la Comisión Europea, demandó a Gran Bretaña que empiece el proceso del artículo 50 del tratado de Lisboa inmediatamente.

Dicho artículo abriría dos años de negociaciones sobre los términos de la salida, pero Gran Bretaña sería expulsada automáticamente en caso de no llegar a ningún acuerdo.

La derecha británica tenía la esperanza de que hubiera lugar para “conversaciones informales” antes de la salida, algo que les daría tiempo para elegir un nuevo líder del partido. Pero la canciller alemana, Angela Merkel, no dejó esta opción.

Este proceso rápido ampliará su crisis, y el Brexit ya está causando problemas a los líderes de la UE. Los EEUU y la UE están negociando su tratado TTIP, que podría pisotear los derechos laborales y acelerar la privatización de los servicios públicos. Pero Barack Obama dijo que Gran Bretaña se pondría “al final de la cola” para la firma de un tratado de comercio con los EEUU en el caso de Brexit. El TTIP ya está muerto para Gran Bretaña.

El Brexit ha tirado a la basura las esperanzas que albergaba Obama de poder cerrar el TTIP antes de salir de la Casa Blanca en enero y pone en cuestión todo el acuerdo. Esto es solo una pequeña parte de los problemas que han surgido para el imperialismo yanqui.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, los EEUU han estado impulsando una mayor integración de los países europeos. EEUU necesitaba un capitalismo estable de Europa occidental y un ayudante para vigilar sus intereses globales. Esto es una parte de la explicación de por qué Obama y el Pentágono lucharon con tanta fuerza contra el Brexit.

Hasta este momento, los EEUU se basaban en Gran Bretaña para impulsar sus intereses dentro de la UE cuando habían desavenencias con Alemania o Francia. Esto ahora puede resultar mucho más difícil. Jim Stavridis, ex jefe supremo de la OTAN en Europa advertía: “EEUU debe enfrentarse al hecho de que el Reino Unido probablemente será un aliado menos efectivo y seguro en los asuntos globales”.

El Brexit cambiará aún más el equilibrio de fuerzas dentro de la UE en favor de Alemania, algo que crea problemas para los EEUU. Como dice Ben Cardin, de la Comisión de Relaciones Internacionales del Senado: “Alemania resultará aún más dominante dentro de la UE. Tenemos unas relaciones excelentes con Alemania, pero será un desafío para nosotros tener que tratar con la UE si no tenemos a Gran Bretaña como interlocutor”.

Hay casos donde los EEUU y la UE han llegado a chocar en base de sus intereses imperialistas.  Por ejemplo, durante la crisis de Ucrania, EEUU y Gran Bretaña estaban impulsando sanciones contra Rusia, pero Alemania las rechazó por sus vínculos comerciales.

Este tipo de tensiones imperialistas van a aumentar, y dejarán a EEUU sin un aliado importante y obediente en la UE.

Todo esto está sucediendo, junto con otra contradicción más amplia. Mientras los EEUU siguen siendo la superpotencia militar más fuerte del planeta, están enfrentándose con intensas rivalidades económicas. No sólo por parte de poderes crecientes como China, sino también por parte de aliados imperialistas como Alemania.

Así que el Brexit añade más presión, mientras el imperialismo yanqui enfrenta una crisis desde el Medio Oriente hasta el mar de la China meridional.

La salida de la UE es un golpe a los capitalistas y al imperialismo, pero la izquierda tiene que luchar por imponer una solución socialista a su crisis.

Traducción de un artículo de Tomás Tengely-Evans para el Socialist Worker

martes, 16 de agosto de 2016

CORIA DEL RÍO CONTRA EL SANTANDER




En el estado español el derecho a una vivienda digna reconocido en el artículo 47 de la Constitución es pisoteado cada día por la banca, rescatada con 100.000 millones de euros que pagamos todos con nuestros impuestos, como demuestra el que 36.929 familias perdieron su casa durante el año 2015. En un contexto de profunda crisis capitalista, que incrementa el ya insoportable paro estructural, y con unas reformas laborales que han aumentado la precariedad y disminuido los salarios hasta condenar a muchos trabajadores y trabajadoras a la pobreza, los bancos se han convertido en las principales inmobiliarias.

En esta situación, la única respuesta posible es la movilización y la lucha por una vivienda digna, para lo que la organización en las PAH ha sido fundamental.

La reivindicación del derecho a techo tiene dos pilares fundamentales en la lucha en la calle: mediante el movimiento ocupa, un desahucio una ocupación, ante los miles de viviendas vacías para la especulación, y el enfrentamiento a los desahucios. Estas actuaciones han obligado a negociar a la banca la dación en pago, que durante el año pasado fue acordada en más de la mitad de los casos.

Dentro de estas acciones, la PAH de Coria del Río (Sevilla) montó una acampada indefinida ante la oficina del Banco Santander para denunciar las "prácticas abusivas" de Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), una sociedad formada por el Banco Santander y BNP Paribas. Algunos clientes suscribieron hipotecas con UCI "creyendo que era un préstamo con garantía hipotecaria, pero en realidad era un producto con condición de crédito". Esto suponía "hipotecar más de una vivienda, por lo que las familias no sólo perderían la vivienda por la que se hipotecaron sino, además, las de sus avalistas y que ellos convirtieron en hipotecantes con sus hipotecas puente o doble garantía".

Tras 198 días de acampada sin que les atendieran, 13 activistas de la PAH, entre los que se encontraban afectados y familiares, y a los que se unió Cristina Honorato, concejal de Participa Sevilla, realizaron una acción de protesta pacífica en una céntrica oficina del Santander. Durante la misma fueron detenidos, tirados al suelo, esposados y trasladados a comisaría en un furgón policial. Inicialmente, el banco presentó denuncia por coacciones y amenazas, que retiró posteriormente, mientras la fiscalía mantiene la acusación de desórdenes públicos y desobediencia a la autoridad. Ahora, tras 247 días acampadas a las puertas del banco, se ha conseguido el objetivo de la dación en pago, demostrando que con unidad la lucha sirve, pero los y las activistas siguen imputadas con un auto que los trata como si fueran violentos sin considerar los abusos del banco. Si durante la acampada la solidaridad de los vecinos y vecinas de Coria fue una constante, ahora cientos de activistas nos hemos concentrado a las puertas de los juzgados para apoyarlos.

Nuestro colectivo se solidariza con las compañeras de la PAH y felicita a Cristina por su presencia en la acción, pues se trata de romper con esa lógica mediante la cual el capitalismo usa la estructura institucional para imponerse. La manera de hacerlo no es abandonar las luchas de los y las trabajadoras, sino todo lo contrario, éstas tienen que estar en primer lugar y la labor de los cargos electos debe ser la de contribuir a su organización, su difusión y a amplificar la presión que puedan llegar a generar, con un papel clave como altavoz de la gente trabajadora y como agentes movilizadores ante cualquier ataque a los derechos sociales.

Por el derecho a una vivienda para todas denunciamos una justicia al servicio de unos bancos que han recibido miles de millones de dinero público y han estafado con las cláusulas suelo mientras se criminaliza la protesta ante sus abusos.

Jesús A. Castillo

domingo, 7 de agosto de 2016

SITEL, la lucha por un convenio digno




Desde diciembre del 2014, el convenio estatal de Contact Center se encuentra extinguido por finalización del anterior.

En las reuniones con la Patronal para avanzar en la negociación, sólo vemos la pretensión de precarizar aún más la situación de todos los trabajadores y trabajadoras del sector. 
 
La que hasta ahora es la “propuesta definitiva” nos perjudica en los siguientes aspectos:

TURNOS: Ampliar las franjas para el turno de mañana, que finalizaría a las 17h, y para el de tarde, que comenzaría a las 14h, pretendiendo que dejemos a un lado nuestra vida personal para vivir por y para trabajar.

HORAS MÉDICAS: Reducen las ya consolidadas 35 horas médicas/año actuales mediante unas tablas, que asignan horas según la jornada de cada empleado. Con esta medida, la mayoría de los empleados y empleadas perderíamos 9 horas al año retribuidas para asistir al médico.

PAGO DE LA INCAPACIDAD TEMPORAL: Actualmente perdemos dinero por enfermar. Los primeros días de baja cobramos el 70% de nuestro salario, y la patronal trata de imponer ahora que cobremos sólo el 60%. 

FESTIVOS: Quieren que 3 festivos al año coincidan con nuestros días de libranza para que los perdamos. 

SALARIO: Quieren que la vigencia del convenio sea de 5 años, con un 0% de subida para 2015, 0.3% para 2016 y 0.4% para el trienio 2017-2019, con lo que nos encontramos con el mismo salario que en 2014 y pretenden que la máxima subida alcance, en el mejor de los casos, los 4€/mes. 

Y, lo más peligroso de todo, pretenden legalizar con el nuevo convenio la subcontratación de servicios a través de Empresas de Trabajo Temporal, que crea esclavitud sin derecho a enfermar, disfrutar de vacaciones, ni a horas médicas. 

Ante este panorama, CGT convocó un paro a nivel nacional en el sector el pasado 6 de mayo para mostrar nuestra total disconformidad con la situación actual, secundado en todo el país por miles de trabajadores y trabajadoras, que generamos un impacto directo en nuestras plataformas de trabajo. 

Estos paros se extendieron desde el pasado 29 de abril hasta el 27 de mayo en algunas empresas como Sitel. Fueron convocados por todos los sindicatos que forman parte del Comité de Empresa, a excepción de UGT, y apoyados y secundados por secciones sindicales de reciente creación como el SAT. Además de luchar por el convenio, exigimos un trato digno, un clima adecuado para el ejercicio de nuestras funciones, y que dejen de inventarse “despidos disciplinarios”, turnos de trabajo con 9 días seguidos sin descanso, planes de incentivos imposibles de alcanzar, imposibilidad de conciliar vida laboral y personal, acoso por parte de superiores e incluso clientes, etc… 

Estamos ante un momento crucial para el sector, ya que es imposible vivir con condiciones más precarias de las actuales, por lo que hemos dado el paso al frente para plantar cara a la patronal en la defensa de lo que es nuestro. 

Después de un mes de movilización, estamos en proceso de analizar resultados, valorar la situación actual, y decidir de las próximas medidas a adoptar. 

¡NO PARAREMOS HASTA TENER UN CONVENIO DIGNO! 

Trabajadora de Sitel
gracias a Emérita Calvo Navarro

jueves, 4 de agosto de 2016

Primeras, segundas… terceras elecciones

No les dejemos encontrar su “estabilidad”

Las elecciones generales del pasado 26 de junio cerraron el ciclo electoral que comenzara en 2014 con las elecciones al Parlamento Europeo. El resultado de este ciclo electoral es que el bipartidismo está más débil que nunca antes desde los años setenta cuando, a través de una Transición sin justicia social, se instauró el Régimen del 78. Un régimen de democracia burguesa corrupta que se empeña en conducirnos a una nueva transición para, de nuevo, “cambiarlo todo, sin que nada cambie”.
Desde las elecciones, Rajoy y el Partido Popular (PP) vienen celebrando los resultados, pero su fiesta puede durar muy poco. Los resultados no les solucionan el problema de gobernabilidad: siguen en minoría (solo 3 de cada 10 electores votó PP) e incapaces de imponer su hegemonía neoliberal y conservadora. El PP obtuvo unos 700 mil votos más que en diciembre de 2015, la mayoría (unos 400 mil) provenientes de Ciudadanos (Cs; 32 diputados – 13% votos); una vez que la gente se ha dado cuenta de que Cs no es más que una muleta para la “casta” del PPSOE. Además, el PP ganó unos 100 mil votos más del hundimiento final de UPyD, escenificando el reagrupamiento del voto conservador frente al “peligro” de Unidos Podemos (UP). Sin embargo, el PP perdió desde las elecciones generales de 2011 (186 diputados - 45% votos) 3,6 millones de votos en diciembre de 2015 (123 diputados - 29% votos), recuperándose muy levemente en 2016 (137 diputados - 33% votos). Las cifras hablan claramente de la crisis en la que está la derecha española. Al mismo tiempo, la derecha nacionalista (Convergència Democrática de Catalunya, Coalición Canaria, Partido Nacionalista Vasco) perdió más de 100 mil votos, y los fascistas de Vox cayeron aún más en relación a los insignificantes resultados de diciembre de 2015.
Por otro lado, el PSOE, el otro partido pilar del Régimen del 78, mantuvo la segunda posición tras el PP con, de nuevo, el peor resultado de su historia (85 escaños – 23% votos – menos de 5,5 millones de votos), perdiendo más de 100 mil votos respecto a la debacle de diciembre de 2015.
Seguimos viviendo la caída del bipartidismo. En 2008, el PPSOE tenía 22,5 millones de votos y en junio pasado tuvieron 13,3 millones. Han perdido más que 9 millones de votos en ocho años y, muy posiblemente, no han tocado suelo (a pesar de la recuperación mínima del PP).
Sin embargo, la gente de izquierdas se sintió triste y defraudada tras las últimas elecciones, ya que esperaban (a hombros de las encuestas) el sorpasso de UP al PSOE e, incluso, acercarse tanto al PP como para ganar las elecciones. El enfado y la decepción son lógicos y deberían dar paso a un análisis profundo y a una petición de responsabilidades a la dirección de UP. Unidos Podemos perdió más de 1,1 millones de votos desde las elecciones de diciembre, y esto con los partidos del bipartidismo inmersos en grandes dificultades debido a la corrupción y los recortes que han venido impulsando, especialmente, desde que comenzara la crisis económica en 2008. Casi 1 de cada 5 votantes que en diciembre votó a Podemos, IU y sus confluencias, no lo hizo en junio. Este análisis deja claro que el resultado de la segunda vuelta de las elecciones generales no es un triunfo de la derecha, sino un fracaso de la izquierda reformista al no saber aprovechar la “ventana de oportunidad”.


 La solución a la crisis de Rajoy, Sánchez y Rivera no es convertir Podemos en otro PSOE como propone su dirección.

Durante la campaña electoral, mientras la derecha intentaba reorganizarse, amenazando del peligro de la izquierda radical y del comunismo, la dirección de UP (con Errejón a la cabeza como director de campaña) optó por seguir girando a la derecha en su programa y tenderle la mano al PSOE para gobernar juntos. De repente, el PSOE pasó de ser “casta” a ser aliado indispensable para “un gobierno de cambio”. Guiada por una estrategia populista (empeñada en ocultar ideología y girar a la derecha) y mediante un pacto de despachos (entre la antigua burocracia del Partido Comunista de España y la nueva burocracia de Podemos), la dirección de UP se vistió con la bandera española y la piel de cordero sin rebatir los ataques respecto al supuesto modelo de Venezuela y los recortes del gobierno de Tsipras en Grecia. La dirección de UP pensaba que, presentándose como una fuerza de prudencia y responsabilidad, iba a convertir la rabia de la gente en votos. Intentó evitar los debates difíciles, pensando que iba a perder votantes. Al final pasó lo contrario. El ejemplo más destacado es el del gobierno de Syriza en Grecia. Iñigo Errejón, en el debate a siete, dijo que si alguien quería hablar de Grecia que fuera a una agencia de viajes. Pero el fracaso del gobierno de izquierdas en Grecia preocupa a la gente, no son trucos del PP. Y por eso no deben evitarse temas como éste. Luis de Guindos, el Ministro de Economía del PP, dijo que la Unión Europea (UE) ha domesticado al gallito de Syriza, y lo ha convertido en un gatito. La pregunta sobre por qué un posible gobierno de UP y PSOE no iba a convertirse también en un gatito neoliberal debía ser contestada y, sin embargo, la dirección de UP se limitaba a decir que el Estado español es demasiado grande comparado con Grecia y tendrá más fuerza en la UE. Estamos ya en los días del Brexit: todo es posible dentro de una crisis sistémica como la actual. La izquierda, y Podemos lo es (aunque no le guste a parte de su dirección), tiene que posicionarse con claridad. Podemos perdió la tan deseada “transversalidad” populista muy pronto, cuando surgió con fuerza Cs de mano de la clase dirigente como una operación populista desde la derecha. Frente a los chantajes de la UE tenemos una estrategia clara: nacionalización de la banca, impago de la deuda, ruptura con la zona del euro, meter mano a los beneficios de las grandes empresas, nacionalización de los sectores claves de la economía, prohibición de despidos en empresas con beneficios... Pero claro, todo esto no se sostiene con una alianza con el PSOE.
Podemos es un partido que nació y se debe aún a las movilizaciones del 15M, de la PAH, de los sindicatos combativos, de las Mareas, etc. Movilizaciones que gritaban “PSOE, PP, la misma mierda es” o “Sí hay dinero, se lo dan a los banqueros”. Podemos consiguió sus grandes saltos electorales cuando se veía como una alternativa clara al bipartidismo de siempre. No es que la gente “no entendió el mensaje” (ésta es una de las excusas típicas del reformismo), es que el mensaje de la dirección de UP no representó las aspiraciones de mucha gente de izquierdas.
Podemos no puede desvincularse de las movilizaciones sociales que impulsaron su desarrollo. Se alimenta de ellas y debería impulsarlas con todas sus fuerzas.

Encierro del SAT en la Universidad de Sevilla a finales de junio.
 
Cuando la gente se moviliza, o conoce a gente cercana que lo hace, pierde el miedo y gana confianza en las ideas progresistas. Esto se refleja en muchos aspectos sociales: desde conseguir reformas que mejoran nuestra calidad de vida a los resultados electorales. La caída en las movilizaciones durante el ciclo electoral, de la que, en parte, es responsable la dirección de UP (que debería haberlas potenciado todo lo posible en la medida de sus posibilidades), explica gran parte de la decepción tras las elecciones.
Tanto el gobierno de Syriza y sus brutales recortes en Grecia, como los resultados electorales de Podemos, apuntan a las contradicciones y los límites de la estrategia reformista para mejorar nuestra sociedad en pro de la gente trabajadora y las clases populares. El reformismo tiene poca capacidad de transformación social en un sistema capitalista maduro y en crisis.
Tras la formación de gobierno vendrán más recortes y privatizaciones. El nuevo gobierno continuará cargando la crisis sobre las espaldas de la gente trabajadora, animado por la UE y su política de control artificial del déficit público. La UE y la OTAN seguirán imponiendo austeridad, el TTIP, guerras, xenofobia, islamofobia y racismo para los y las de abajo, mientras que favorecen a los grandes capitalistas a quienes representan realmente.
Pero el nuevo gobierno, y sus aliados internacionales, no tendrán nada fácil el desarrollo de su agenda neoliberal. La situación económica internacional sigue siendo muy volátil, de crisis en las potencias emergentes y de crecimiento insuficiente en los países enriquecidos. Los factores que conllevaron la explosión de la crisis en 2008 siguen presentes en un sistema capitalista que sufre de sobreproducción y burbujas especulativas. Nadie discute que pronto llegará una nueva recesión, la cuestión es cuándo.
El plano electoral es un espacio de lucha para mejorar nuestra sociedad, pero no el más importante. Como nos muestra la historia, casi todos los derechos y libertades que disfrutamos los hemos conseguido luchando en los centros de trabajo y las calles. En los últimos años, hemos aprendido que si la gente trabajadora no hacemos política, unos pocos nos la hacen.



Antes del 15M, durante y después de él, hemos venido tejiendo redes de movimientos sociales y activistas por la justicia social que están muy vivas. Un ejemplo claro son las Marchas de la Dignidad, que ya llama a la movilización el próximo 22 de octubre. No esperemos a las próximas elecciones, con todas sus limitaciones, apoyémonos en la coordinación de las luchas en los centros de trabajo y en las calles para mediante una movilización masiva y democrática echar al nuevo gobierno del PP y construir el poder popular que será la base de un mañana más justo.
Jesús M. Castillo