miércoles, 29 de marzo de 2017

Clara Zetkin, la revolucionaria tras el 8 de marzo

“Como persona, como mujer y como esposa, la mujer no tiene la menor posibilidad de desarrollar su individualidad. Para su tarea de mujer y madre sólo le quedan las migajas que la producción capitalista deja caer al suelo”
Clara Zetkin


Clara Zetkin fue una de las precursoras del feminismo y una revolucionaria incansable. Las mujeres y los hombres socialistas de hoy le debemos mucho a su inteligencia y valentía.
Nació bajo el nombre de Clara Eissner en 1857 en un pequeño pueblo de Sajonia (Alemania), hija de un maestro rural. Cursó estudios de magisterio en Leipzig entre los 19 y 21 años, época en la que contactó con estudiantes y emigrantes rusos y se inició en las ideas socialistas. También allí conoció a Ossip Zetkin, un ruso que sería su futura pareja.
En esta época Sajonia era una de las regiones más industriales de Alemania y fue la cuna de organizaciones de trabajador@s como la “Asociación General de Trabajadores de Alemania”, fundada en 1863, y el “Partido Socialista Obrero de Alemania”, en 1875. También fue el lugar donde nacieron movimientos de mujeres; hay que resaltar que la principal industria era la textil, donde trabajaban muchas mujeres que formaban una parte importante de la Federación de Obreros Textiles y participaban en la organización en igualdad con los hombres.
En 1878 empieza su militancia en el Partido Socialdemócrata (SPD) y poco después el régimen imperialista y burgués de Otto von Bismarck prohíbe este partido y sus miembros son perseguidos.  Cla-ra y Ossip Zetkin siguieron militando hasta que en septiembre de 1880 Ossip, junto a otros compañeros, fue arrestado y expulsado de Alemania. Unos meses más tarde, Clara decide exiliarse a Zurich y a París, donde empezó a utilizar por conveniencia el apellido de Zetkin, con el que tuvo dos hijos, aunque nunca contrajo matrimonio con él.
Exilio
A causa de la prohibición de las actividades socialistas en Alemania Clara Zetkin se refugió en Zurich en 1882, una de las ciudades álgidas de la socialdemocracia europea, donde escribió y distribuyó literatura clandestina y también contactó con muchas personas emigradas de diversos países por la persecución a que eran sometidas; allí conoció, entre otras, a Louise Michel y a Jenny Marx.
Entre 1889-1890 hay un gran auge del movimiento obrero que se refleja en la creación de partidos socialistas en distintos países y se crea la Asociación Internacional de Trabajadores, más conocida como la II Internacional, organización fundada en París en 1889 por partidos laboristas y socialistas con el fin de coordinar la actividad internacional de los movimientos obreros. Clara Zetkin tuvo la representación de las socialistas de Berlín y contribuyó en los trabajos preparatorios, así como en la redacción de los informes y documentos fundacionales.
Necesidad de luchar contra el feminismo burgués
En Alemania el movimiento de mujeres trabajadoras se caracterizó por estar integrado dentro del movimiento socialista general y dentro del partido socialdemócrata, que tenía una posición clara frente al orden establecido y donde las cuestiones de las mujeres se tenían muy en cuenta, tanto en el aspecto teórico como práctico. En el Congreso fundacional Clara defiende la necesidad inmediata de abordar la lucha de las mujeres por parte de los partidos socialistas y de ganar a sus filas a las mujeres obreras. Estas posiciones la enfrentaron, por un lado, a las del sufragismo, que al estar integrado mayormente por mujeres acomodadas no tenía un horizonte más lejano que la equiparación de derechos civiles y políticos con los de los hombres de su misma posición y, por otro lado, también encontró resistencias dentro del propio movimiento socialdemócrata.
En 1891 Clara Zetkin funda la revista “La Igualdad”, que durante 25 años fue uno de los canales de expresión más importantes de las mujeres socialistas de su época. Llegó a tener 125 mil suscriptoras y desde 1907 sería el órgano oficial de la Internacional de Mujeres Socialistas.
Su posición sobre la liberación de la mujer también se pone de manifiesto en escritos como “Solo en con la mujer proletaria vencerá el socialismo”, en el que defiende el trabajo de la mujer fuera de la casa, con el que consigue una independencia que, en principio, es una condición para su libertad. También argumenta que la lucha por la liberación de la mujer trabajadora, en contraposición a la de la mujer burguesa, no es una lucha contra el hombre de su propia clase, ya que junto con él la mujer trabajadora lucha contra la sociedad capitalista.
Clara Zetkin tuvo la visión para entender, junto a otras mujeres como la rusa Alexandra Kollontai, lo importante que era impulsar las demandas de justicia e igualdad de las mujeres trabajadoras y propuso instaurar un día en homenaje a las mujeres obreras que habían dado su vida para exigir mejores condiciones laborales.
Las razones de tal propuesta eran evidentes para las mujeres socialistas. En el curso de los años anteriores a 1910, habían tenido lugar numerosas huelgas de obreras y obreros en Estados Unidos y en Europa. En 1908, 40.000 costureras industriales de grandes fábricas estadounidenses se habían declarado en huelga demandando el derecho a unirse a los sindicatos, mejores salarios, una jornada de trabajo menos larga, entrenamiento y el rechazo al trabajo infantil.
Durante el II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas (1910) realizado en Copenhague, al que asistieron más de cien delegadas de 17 países, Clara Zetkin y Kathy Duncker, para reivindicar los derechos de las mujeres y el sufragio femenino, presentaron la propuesta para que el 8 de marzo fuera el Día Internacional de la Mujer trabajadora.
Contra la guerra
En el ambiente prebélico previo a la Primera Guerra Mundial, con los enfrentamientos de Alemania con otros países europeos en Marruecos y en los Balcanes, Clara Zetkin, junto con otros activistas, organizó en Berlín en 1905 una conferencia internacional de mujeres socialistas contra la guerra.
Durante la Primera Guerra Mundial, Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, junto a otros influyentes miembros del SPD, rechazaron la política pactista del partido con el gobierno, la cual suprimía las huelgas obreras durante el conflicto armado. Así mismo, hizo un llamamiento a las mujeres socialistas para que se opusieran enérgicamente a una guerra que solo beneficiaba a la burguesía machista, clerical y explotadora, y convocó a otra conferencia internacional de mujeres socialistas, la tercera, que tuvo lugar en la ciudad de Berna (Suiza) en marzo de 1915, reuniendo a 70 delegadas de ocho países europeos. En esa conferencia se condenó la guerra imperialista con la consigna "Guerra a la guerra", por lo que fue encarcelada desde el 23 de julio hasta el 12 de octubre de este mismo año, tras lo cual no pudo intervenir activamente en esta lucha.
En septiembre de 1915, mientras Clara y su amiga Rosa Luxemburgo se encontraban en la cárcel, tuvo lugar la Conferencia de Zimmerwald, una importante conferencia de dirigentes socialistas que se oponían a la guerra, en la que ambas mujeres fueron homenajeadas por su implacable lucha.
Clara Zetkin, junto a Rosa Luxemburgo y otr@s socialistas, fue una de las fundadoras de la Liga Espartaquista (1916), un movimiento revolucionario marxista que tuvo mucho protagonismo en la Revolución de 1918.  
En enero de 1919, tras la Revolución de Noviembre en el año anterior, se fundó el Partido Comunista de Alemania (KPD), al que se unió Zetkin, siendo elegida representante en el Reichstag (parlamento alemán) entre 1920 y 1933. Murió en Moscú, exiliada por los nazis a la edad de 76 años.
Lola Segura

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